05 Ago Sororidad se escribe con S de Sanación

Sororidad se escribe con S de Sanación

Ciclo de Charlas Live con Mujeres Increíbles

Desde Mayo de 2020 vengo llevando un ciclo de Charlas Live a través de mi perfil de Instagram.

El mismo es un punto de encuentro entre nuestro empoderamiento en la esfera política y el despertar espiritual de las mujeres en estos tiempos. Diálogos entre las teorías políticas, las terapias alternativas, los mundos internos, la sutileza, la intuición, las experiencias personales y los procesos de sanación que atravesamos.

El nombre del ciclo está inspirado en una experiencia que tuve en mi primer Danza de la Luna.

El camino espiritual de la danzante de Luna es tan bello como complejo. Son muchas las experiencias y saberes que se nos presentan. Muchas nuestras reflexiones y demasiados los mensajes.

En mi primer Danza nos observaba a todas las mujeres allí y pensaba cómo poníamos nuestras cuerpas al servicio de la transformación y la evolución de la humanidad. Y mientras reflexionaba sobre ello vinieron a mi memoria todos los Encuentros de Mujeres en Argentina, todas las charlas sobre Feminismos, las marchas Ni Una Menos, las marchas exigiendo justicia tras las desapariciones y muertes, los reclamos a los compañeros varones de nuestros espacios de militancia, la sagrada, imponente y majestuosa campaña por el aborto legal, ect, etc, etc. Y entonces pensé: “es lo mismo, tanto en el plano político como espiritual, somos las mujeres las que ponemos el cuerpo y el alma para la transformación”

Un año después, en pandemia, y luego de analizar cómo a veces desde el plano político occidentalizado se minimiza la experiencia espiritual y cómo de la misma manera desde un posicionamiento exageradamente new age se pretende prescindir de la política.

Todos los seres humanos somos espirituales aunque no seamos conscientes de ello, y de la misma manera todos los seres humanos somos seres políticos aunque no seamos conscientes de ello.

Decir “no me interesa la espiritualidad” nos define espiritualmente y decir “no me interesa la política” nos define políticamente.

SORORIDAD un pacto político entre mujeres, que significa que priorizaremos los vínculos con otras mujeres por sobre los vínculos con otros hombres; que significa que nos creemos sin cuestionar demasiado los modos de contar las experiencias de otras mujeres; que significa apoyo y cuidados; que significa lucha conjunta; que significa la decisión de poner lentes de género sobre toda situación; que significa también el compromiso de desnaturalizar la violencia hacia nosotras; y significa principalmente dejar de violentarnos entre nosotras; no competir con la otra; no verla jamás como mi enemiga; significa sobre todo el inicio de un nuevo modo de vincularnos entre nosotras.

SANACIÓN porque si algo hemos comenzado a hacer las mujeres desde un plano espiritual ha sido sanarnos. Sanar nuestros cuerpos, nuestros corazones; nuestros úteros; nuestros vínculos (incluido nuestros arboles genealógicos); hemos comenzado (y quizás lo más importante) a sanar nuestro vínculo con nosotras mismas, con nuestras madres, con la Tierra; con nuestros padres y con lo Sagrado Masculino.

Reiki, Yoga, Flores de Bach, Tarot; Astrología, Retiros, Danzas, Artes, Rituales, etc; etc; etc.

Causalidad tanto revuelo de lo fememino en tantas esferas de la vida?

No comparto las posturas políticas que excluyen y no quieren ver las verdades detrás de la magia, y tampoco considero acertadas las posturas que no logran descifrar la importancia política de la sanación de las mujeres.

SORORIDAD debe escribirse con S de Sanación porque las mujeres además de igualdad nos merecemos estar sanas, nos merecemos ser libres. Y porque los nuevos vínculos entre nosotras deben ser sanos.

Por este ciclo han pasado 13 Mujeres Increíbles con sus medicinas y una postura bien firme y clara en cuanto a los feminismos y también 2 hombres increíbles con sus medicinas y también una postura clara de apoyo.

Al finalizar esa primer Danza uno de los hombres de fuego, es decir uno de los hombres que se encargó de que el fuego de la Danza nunca se apague, uno de los hombres que nos alcanzó te en medio de la noche, uno de los hombres que presenció todo la labor espiritual que hicimos, al amanecer de nuestra cuarta noche de danza, nos agradeció por el trabajo que hicimos por la humanidad y con su voz quebrada por la emoción nos agradeció especialmente por nuestra humildad.

“Ese es el rol del hombre en estos tiempos” pensé… «Observar, emocionarse y agradecer. Y cuidar que nuestro fuego no se apague por supuesto».

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Gracias por haber llegado hasta aquí!

Abrazo al alma,

Juli